Trascendiendo la identidad ilusoria, que usa atributos no esenciales para distinguir, todos somos hermosos.

Cuando comprendemos que es parte de nuestra fisiología, ser hermanos y ser hermosos, no queda otra que agradecer y compartir la noticia.
Somos esencialmente esa parte divina que habita en nuestra humanidad ya concedida desde siempre y en estado de Libertad pura.

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