Ley Autocultivo y participación ciudadana.
A inicios de abril terminó primera etapa legislativa. La desinformación reinante impulsada y alimentada por medios de prensa oficiales han causado una serie de falsas interpretaciones y expectativas, muchos creen que ya se despenalizó en Chile. Sin embargo aún queda un largo proceso legislativo por delante, lo aprobado por la comisión se votará en Cámara Baja ante 120 Diputados. Donde cada uno de esos diputados y diputadas puede hacer sus propias indicaciones. Pasará recién al Senado cuando la Cámara Baja la apruebe por completo, y si no hay mayoría allí, debe ir a comisión mixta y recién allí se terminaría el articulado de la ley. Falta mucho camino por recorrer.
No obstante, según nos informó el equipo técnico legal de la Comisión Salud, el proyecto ley de la Nueva Mayoría ya estaría listo y no se debería modificar pues ya existiría un acuerdo. Lamentable, pues coarta la posibilidad de seguir instalando argumentos que permitan mejorar lo ya avanzado, parece evidente que aún falta comprensión de la temática en discusión para llegar a un mínimo suficiente que efectivamente detenga las actuales vulneraciones a las que somos sometidos cultivadores y usuarios de cannabis que, sin causar daño a terceros, somos criminalizados.
El rédito político de esta demanda ciudadana es tal, que puede ser utilizada para desviar atención de muchas cosas, además de generar suficiente popularidad como para cambiar cualquier encuesta o elección.
Entonces como agrupaciones ciudadanas presentes en la discusión, hicimos nuestra la tarea de entregar indicaciones, artículo por artículo a la actual ley 20.000. Entregando elementos de contexto y explicando las consecuencias que tendría la implementación de aquellas indicaciones parlamentarias que nos parecen erradas. Como campaña nacional seguiremos defendiendo el derecho de ejercer el cultivo personal, doméstico y colectivo, para uso medicinal, sacramental y recreacional.
Pero ¿Cómo defendemos lo valórico ante tanto cálculo descarnado?
Fundamental se vuelve, entonces, comunicar lo que sucede en la Comisión Salud y en general en todo este proceso legislativo y cultural hacia el cambio de paradigma, sin depender de medios manipuladores o invisilizadores. Es necesario tomarnos en serio nuestro rol de testigos, actores y árbitros en la elaboración de futuras políticas públicas. Entendemos que nuestro trabajo activista dentro de este escenario cambiante y dinámico, debe ser redireccionado hacia la comunicación, transparentando y compartiendo reflexiones colectivas que nos permitirán mantener la altura de la discusión y finalmente a torcerle el brazo al prohibicionismo. La ciudadanía no tolera nada menos que transparencia y criterio social. Generando lazos de conmunicación claros, la acción coordinada será inminente.
El rédito político de esta demanda ciudadana es tal, que puede ser utilizada para desviar atención de muchas cosas, además de generar suficiente popularidad como para cambiar cualquier encuesta o elección. Somos la causa menos polémica entre las más polémicas y como tal, el voladero de luces y llamados a celebrar serán constantes y las presiones a negociar y tranzar ideales que nos llevaron en un comienzo a levantar esta demanda serán brutales. No podemos permitir que a ésta altura que honorables insistan en repetir argumentos moralistas ya obsoletos simplemente por figurar. Aquí en definitiva se debería estar velando por los derechos humanos que son sistemáticamente vulnerados, sin embargo se insiste en enfocar la discusión en posibles medidas prohibicionistas y de fiscalización que aseguren el paso por cámara baja y cámara alta sin perder liderazgo político. Esto a nuestro parecer, es simplemente miedo y desinformación y representa un desafío necesario de abordar en conjunto con la ciudadanía y de manera transpolítica ya que sólo así podría abarcarse de manera eficiente la titánica tarea de construir un modelo regulador eficaz y justo.
Preocupante es ver que las justificaciones para tomar tal o cual limitante tienen fundamentos muchas veces meramente cosméticas adoptadas de modelos extranjeros no necesariamente exitosos. Se nota desinformación y desinterés por parte de honorables que cuando no están siendo entrevistados para canales oficiales, se dedican a dibujar o a wasapear.
El nivel de exigencia, en definitiva ha aumentado y el realismo político exige dar un salto evolutivo.
Como activistas tenemos la tarea de catalizar y canalizar ese descontento y volcar nuestra rabia de manera conducente. La desobediencia civil y la irreverencia cívica, serán factores clave. Debemos de exigir respeto verdadero a nuestros derechos y no caer en juegos manipuladores tan clásicos de un modo de hacer política que colapsa.
Este quiebre sistemático nos plantea el gran desafío y pregunta ¿qué tipo de políticas públicas y políticos nos merecemos como país?
Macarena Valenzuela
Morgana Sativa PlaceresCannabicos
Coordinadora nacional NMPPP
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