Cuando un negocio es realmente bueno, es cuando es bueno para todos, sino es solo ilusión.

En el 2013, el grupo financiado por Andrónico Luksic, conducido por Klaus Schmidt-Hebbel, para estudiar y proponer Ideas País e intentar recuperar rumbo, dentro de sus últimas propuestas, de las 95, están las vinculadas con Política de Drogas. En ellas se sostienen que las drogas deberían legalizarse, todas, en un plazo no superior a 10 años y que la Cannabis en particular, debería legalizarse antes de 2 años e integrarse al mercado al igual que el alcohol y el tabaco (Res Pública http://www.95propuestas.cl/). Los argumentos para esta mirada, súper claros: la prohibición -para la inteligencia humana- resulta absurda; para ellos existen pruebas contundentes para con prontitud trascenderla como estrategia, por ineficiente, y generar una regulación seria y efectiva. El alcohol y el tabaco, drogas legales, producen según estudios indiscutidos, similar grado de daño social que la heroína y otras semejantes, la marihuana, no pertenece a esa categoría, y sin embargos está prohibida, facilitando el lucro indebido, el Narcotráfico.

No obstante lo transversal y diverso de este estudio, es una iniciativa que brota desde el poder económico, que en algún grado también está participando -increíble- de inquietudes trascendentes.

Efectivamente la inquietud es transversal, vinculadas a necesidades esenciales, más allá de las diferencias y de los desequilibrios por recuperar, para todos resulta pertinente un ajuste epistemológico, una evolución, un cambio de modelo.

"La droga", como síntoma social, que trasciende las sustancias, y que refleja precisamente la falta de atención hacia planos de realidad más integrados de la existencia -incluida la humana- que compromete la posibilidad de encontrar respuestas eficientes y maduras en los Seres Humanos que participamos del actual orden de dinámica colectiva, por ignorancia, por no contar con la habilitación oportuna, simple y natural, que nos permita dar cobertura a más plenitud.

Nuestro grado evolutivo de la Conciencia, no está expandido como para permanecer despiertos, en contacto con la vitalidad de la existencia, nos mantiene en una desconexión esencial que impide el encuentro con lo real. El Yo, nuestra alma, se encuentra inmersa y atrapada en el Ego, ese espacio virtual generado desde nuestro intelecto.

Este estado evolutivo, se pretende trascender desde siempre, procurando religar al Ser con el Todo, re-unir al Ser Humano con Dios, alcanzar la felicidad y la armonía, triunfar finalmente.

Las "Drogas", como síntoma, están ofreciendo la posibilidad para que la cultura se sobreponga, recree su comprensión y salte hacia un estado evolutivo superior. La Cannabis en Chile, está siendo un test de consecuencia.

¿La Sociedad chilena está o no preparada para reconocer la presencia de Seres Sutiles encarnados, que tienen derechos fundamentales, propios del Espíritu, consagrados por los convenios internacionales, como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención Americana de Derechos del Hombre, la Declaración Americana de Deberes y Derechos del Hombre, entre otros, y en Chile, por la mismísima Constitución?

Va quedando el trigo, la paja se va cayendo, las certezas se reúnen, nutriendo convicciones, no es una competencia. Nosotros estamos convencidos y cada vez ese Nosotros crece, manteniendo todos sus distinciones, algunos con más comprensión que otros, pero todo evolucionando.

La alternativa al materialismo, no es el no-materialismo, es una realidad más integrada, más inclusiva, donde lo material es acogido en un escenario de otro orden, donde la energía diversifica sus manifestaciones ante la Conciencia.

Finalmente caer en cuenta que cuando un negocio es realmente bueno, es cuando es bueno para todos, sino es solo ilusión.

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